La construcción de casas prefabricadas es un método en el que las viviendas se construyen en dos fases principales: la fabricación fuera del sitio de módulos en una fábrica y el ensamblaje de dichos módulos en el lugar para formar una casa completa. Este proceso comienza con el diseño y la ingeniería, en los que la vivienda se divide en módulos transportables, generalmente de 3 a 5 metros de ancho y hasta 18 metros de largo, cada uno diseñado para formar una parte específica de la casa. En la fábrica, los módulos se construyen utilizando procesos estandarizados: estructura de madera o acero, instalación de aislamiento térmico, cableado eléctrico, tuberías, ventanas, puertas e incluso acabados interiores y exteriores. La construcción en fábrica garantiza precisión, ya que las máquinas cortan los materiales con medidas exactas, y los ambientes controlados evitan retrasos o daños relacionados con el clima. Una vez completados los módulos, se transportan al lugar de construcción mediante camiones, donde una grúa los coloca sobre una base previamente preparada (placa, espacio para acceso de servicios o sótano). Los módulos se unen mediante conectores especializados que garantizan la integridad estructural y la estanqueidad al clima, sellando las uniones para evitar infiltraciones de aire o agua. El trabajo en el lugar continúa con los detalles finales: conexión de servicios, instalación del techo sobre las juntas de los módulos, adición de revestimiento exterior para unificar la apariencia y terminación del paisaje. Este método reduce el tiempo de construcción entre un 30 y un 50 % en comparación con la construcción tradicional, minimiza residuos y garantiza una calidad constante. La construcción de casas prefabricadas cumple con todas las normas locales de construcción, ofreciendo una alternativa duradera y eficiente a las viviendas construidas en el lugar.