La construcción de casas modulares es un método de edificación de viviendas que utiliza módulos prefabricados: secciones autocontenidas fabricadas fuera del lugar en un entorno controlado de fábrica, antes de ser transportadas al sitio de construcción para su montaje final. Este proceso comienza con un diseño y una ingeniería detallados, en los que la vivienda se divide en módulos (generalmente de 10 a 15 pies de ancho y hasta 60 pies de largo) que formarán la estructura completa. Cada módulo se construye en la fábrica, con estructura, aislamiento, cableado eléctrico, fontanería, ventanas, puertas e incluso acabados interiores (placas de yeso, suelos, fijaciones) instalados según especificaciones precisas. La producción en fábrica garantiza una calidad consistente, ya que los módulos se construyen en condiciones controladas con medidas estrictas de control de calidad, reduciendo errores y desperdicio de materiales en comparación con la construcción tradicional en el lugar. Una vez terminados los módulos, se transportan al sitio mediante camiones, se colocan con grúas sobre una cimentación previamente preparada (placa, espacio para acceso de servicios o sótano) y se unen entre sí mediante conectores especializados que aseguran la integridad estructural y estanqueidad al clima. El trabajo posterior al montaje incluye sellar las uniones entre módulos, instalar el techo sobre las conexiones y finalizar los detalles exteriores (revestimientos, molduras) para crear una apariencia unificada. Todo el proceso es considerablemente más rápido que la construcción tradicional realizada en el lugar, llevando generalmente de 4 a 8 semanas para la producción en fábrica y de 1 a 2 semanas para el montaje en el sitio, minimizando la perturbación al vecindario y reduciendo la exposición a retrasos por condiciones climáticas. La construcción de casas modulares cumple con los mismos códigos de construcción que las viviendas tradicionales, contando con ingenieros que garantizan que los módulos satisfagan las normas locales en cuanto a resistencia al viento, carga de nieve y actividad sísmica. Este método combina eficiencia, calidad y flexibilidad, convirtiéndose en una opción cada vez más popular para propietarios, desarrolladores y comunidades que buscan soluciones de vivienda asequibles, duraderas y rápidamente implementables.